domingo, 5 de marzo de 2017

Actualidad: David Bowie



El pasado 10 de enero se cumplió un año del  triste fallecimiento del Duque Blanco, David Robert Jones, conocido artísiticamente como David Bowie.

El motivo de presentarlo aquí en clave de actualidad, no es sólo a modo de memorándum, sino porque el 8 de enero, fecha en la que cumpliría 70 años, la cadena británica BBC, tenía previsto estrenar un film a modo de documental con el título "David Bowie; the last five years". El director a cargo del proyecto es Francis Whately, el mismo que en 2013 materializó un extraordinario film-documental dedicado al artista británico, aquella vez con el único título de "David Bowie; Five years". En ambos casos, el director quiso hacer un juego de palabras con el clásico tema de Bowie " Five Years" que abre su obra magna "The Rise and fall of  Ziggy Stardust and the spiders fom mars." 

En este último trabajo, al cineasta le vino como anillo al dedo utilizar, esta vez "The last  five years", ya que la mítica canción de 1972, habla sobre un supuesto en el que una inesperada noticia anuncia que el mundo desaparecería en 5 años, intentando narrar o describir la locura apocalíptica que sacudía a la gente ante este ultimátum vital. Por tanto, nada mejor que usar esa misma idea, ya que casi de forma vaticinadora, este vez eran los últimos años de Bowie en la tierra, aunque no conoció su fecha fatídica final hasta 18 meses antes.

Personalmente, cuando me enteré de que el film a modo de documental iba a ser estrenado  con un título tan funesto, directamente no sentí ninguna gana de verlo, por el miedo o la inquietud de ver la terrorífica decadencia final de sus últimos días. No quería ver algo que hurgase en la herida de su oscuro, aunque valiente final.

Pues, nada más lejos de lo que me pude imaginar. El documental, que cuenta con "footages" y material hasta ahora inédito que jamás había visto la luz, así como entrevistas a sus músicos y compañeros más allegados de todas las etapas del "camaleón", respira optimismo, alegría y ganas de honrar un tributo merecido al artista, alejándose de terrenos lúgubres, oscuros y tormentosos.

Jugando con continuos "flashbacks" de sus distintas épocas y etapas, no sólo nos permite respirar, si no disfrutar , apreciar, valorar y admirar más aún la intensísima vida artística y personal de este extraordinario ser, del que ya puedes llevar lustros o décadas leyendo autobiografías, entrevistas y todo el material habido y por haber sobre él, que siempre te sigue sorprendiendo con nuevos detalles y genialidades que no conocías del todo bien y que siempre te aportan algo nuevo. Definitivamente, con este artista nunca hay suficiente. Siempre parece esconder alguna  nueva sorpresa, algún giro más de tuerca donde parecía imposible. Algo nuevo de lo que aprender. Y esto en dicho film, sucede.

Dejaremos, aquí, el enlace desde el cual se puede acceder a esta ambrosía fílmica. Advertir que está en inglés original. Especialmente recomiendo los primeros 12 minutos aproximadamente, donde a parte de un espectacular montaje de imágenes unidas a  una soberbia mezcla de diversos temas del artista, hacen que constituyan en su conjunto una experiencia audiovisual intensísima, ejecutada de manera exquisita y con un llamativo buen gusto por parte del director.

En esos primeros 12 minutos, se nos presenta la última gira que emprendió Bowie en 2003-2004. La más larga de su carrera. Vemos a un David lleno de energía y cargado de ilusión a sus entonces 56 años, como casi no lo había estado nunca cuando era mucho más joven. Sus propios compañeros comentan que no habían visto a un artista de gira así con los años que tenía encima nunca en su vida.

Hay imágenes inéditas preciosas que muestran a Bowie, en plena gira en la carretera, comprando cosas en gasolineras, gastando bromas sin parar a sus compañeros y con un entusiasmo que no es habitual en muchas otras "rockstars", siempre tan altivas y distantes. La mayor parte, ni siquiera se muestran en público, tan cercanos. Como muestra el film, el artista simplemente estaba intentando disfrutar de cada momento, de cada concierto, de cada ciudad, de cada canción, de cada segundo de su vida.

Pero, la gira se hizo muy larga. Viajando en tren o en el autobús de la banda, por el famoso pánico que tenía  a volar. Lo dejaba todo cada noche, con shows de casi 2 horas y media por lo general. Es entonces cuando se le empieza a ver poco a poco más agotado y frágil. Llegó el fatídico Hurricane festival en Alemania, el 25 de junio de 2004 ( del que por primera vez se muestran imágenes) y no se le veía bien. Al acabar el concierto, sufrió el famoso ataque cardiaco del que tuvo que ser intervenido de urgencia crítica. Se canceló la gira.Se retiró de todo. Ahí comienza el  principio de la cuesta abajo cuyo final encontró hace un año.

Aunque el documental también muestra los ensayos de su obra "Lazarus" en Broadway y partes del trabajo de su último disco, cuando sabía que le quedaban horas de vida, las imágenes muestran a  una persona que jamás perdía la sonrisa y las ganas de vivir. Lo que deja bien claro el film-documental, es que Bowie, era una persona que supo disfrutar y reírse de la vida, así como de la propia muerte. Por tanto, documental absolutamente recomendable.

En este último año tras su muerte, mucho se ha escrito y dicho sobre los 12 largos meses de un mundo sin Bowie. Para la inmensa mayoría de críticos y fieles seguidores, un mundo carente de la fantasía, la imaginación, el colorido, la felicidad y la luz con la que llenó y transformó no sólo a éste, si no de paso a nuestras vidas y a nuestros corazones. Algo que ya nunca volverá a ser igual.
No quisiera repetirme, pues ya le dedicamos un emotivísimo y sincero tributo de despedida en su momento, al que se puede acceder pinchando aquí .

Simplemente, resaltar las pistas que nos fue dejando a modo de mensaje a lo largo de su intensísima vida, ya no como artista, si no como persona, como filósofo, como gran conocedor de la propia vida y que podemos por tanto entender como gran maestro de ésta y de la que todos podemos aprender.

Como bien dijo un conocido crítico musical, que caló perfectamente al personaje, mucha gente (incluyendo gran parte de sus seguidores) probablemente sólo ven en Bowie un artista, un músico que escribió grandes canciones. También pueden ver una serie de imágenes impactantes y transgresoras. Pero era muchísimo más que eso. En su forma de entender y afrontar la vida tenemos la clave. Hasta tal punto esto ha sido un caso tan inusual y extraordinario, que incluso capturó la atención y la fascinación del reputado filósofo inglés Simon Critchley. Uno de los más importantes del s.XXI, quien tras declararse fan desde niño ha dedicado un libro a intentar diseccionar y poner palabras a la enorme riqueza y  profundidad interior de este extraño y genial ser.

Estamos ante una persona brillante, sofisticada, compleja, culta y atormentada, que a lo largo de su vida, fue capaz de superar su constante sentimiento de inautenticidad y alienación, buscando formas constantes de autodescubrimiento, de  superación de sus propios miedos y límites. De huida y búsqueda constante, a través de cualquier elemento cultural, artístico y creativo que le pudiese llevar a otras formas posibles de expresión y realización de su propio ser.

Sobrevivió a sus traumas, miedos, problemas emocionales, de infancia, de realización, matrimoniales, adicciones, el peso de la fama, ruinas derivadas de traiciones financieras y otras existenciales, sublimando constantemente éstas ( utilizando literalmente el término freudiano) a través de la creación artística, de la música, de su insaciable capacidad de reinvención, innovación, de la búsqueda constantemente inquieta de todo tipo de material procedente de cualquier ámbito de la cultura, arte o filosofía. Consiguió salir siempre airoso de cualquier circunstancia, gracias al incansable impulso alojado en su interior que le llevó a una constante necesidad de autorealización, transgresión  y a la búsqueda de otras formas de poder ser él mismo. Eso fue lo único que le importaba, luchar por hacer algo relevante artísticamente que le llenase como creador y como persona, que ni el dinero, los excesos, las modas y la fama pudieron nunca satisfacer.
Y lo logró, como dice Critchley..." consiguió hacer de la vida algo menos trivial durante un periodo de tiempo tremendamente largo".

Siempre salió victorioso, sonriendo, provocando, rompiendo los códigos, reinventándolos, lleno de intensidad vital, hasta el punto de que se burló descaradamente de la propia muerte.
Haciendo suyo el lema de que "Estamos aquí para reírnos del destino. Vivir con tanta intensidad nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos."

Quizás, tras lo expuesto, podamos entender porque tantos jóvenes ( no sólo de su generación) a través de esta posición ante la vida, lograsen conectar con su mensaje y así poder encontrar un lugar en este mundo, una forma diferente de poder gritar orgullosos, ¡Ser uno mismo!

No se me ocurre mejor forma de ilustrar estas palabras con la elección de los 2 videos ensamblados que mostramos en la presentación. Me resulta muy difícil poder escoger entre casi un centenar que dejó en su obra. Pero qué mejor forma de rememorar la fecha de su desaparición que viendo como conseguía transgredir y provocar a todos los niveles, siendo absolutamente "underground" y sutilmente insolente, riéndose de si mismo y de los convencionalismos sociales. Creo que podemos captar esto a través del primer video "Jean Genie" (1973) con grabaciones de su gira americana ( bastante conocido) seguido de otro poco conocido "DJ" (1979)... Atención aquí, cuando se entremezcla con "la nocturna fauna humana" en barrios underground neoyorkinos, acosado de todas las formas posibles, pero desenvolviéndose con una naturalidad que asusta, disfrutando del contacto ajeno, algo inaudito en una estrella del rock, más por aquellas épocas.

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